¿POR QUÉ NO CREEMOS EN LA POLÍTICA?

Soy un gustoso de la escritura y un poco más de la redacción, grandes maestros he tenido al respecto, a los cuales les debo mucho de lo mal que hoy escribo. He tratado de fincarme un propio estilo, tratando de redactar sobre hechos y realidades, dejando de lado la suspicacia, la beligerancia y el sospechosismo (como diría Santiago Creel).

Hoy dimitiré mí acostumbrado análisis técnico, para divertirnos un poco, dándole sentido al encabezado de esta columna, ¿Por qué cada día se cree menos en la política?

En esta columna a diferencia de las anteriores, me baso en el coloquial refrán “el pez por la boca muere” para denotar cómo son los propios políticos, los que con sus palabras y desatinos, provocan desde el enojo hasta la risa de los ciudadanos.

Pocos presidentes tan “honestos” como el General Álvaro Obregón, del cual podemos rescatar varias frases célebres, e institucionalizadas en la política mexicana.

El general le dice al connotado periodista español, Vicente Blasco Ibáñez: “A usted seguramente le habrán dicho que soy algo ladrón. Aquí todos somos un poco ladrones”. Comentaba el Presidente.

Sin desparpajo alguno, Álvaro Obregón, se posicionaba como el mejor candidato a la presidencia en 1919, dado que decía, que él, a diferencia de sus contrincantes “no tenía más que una mano, mientras mis adversarios tienen dos para robar”. Haciendo burla total de su propia discapacidad física.

Cómo dejar de lado aquella gran frase expresada por Luis Echeverría en los años 70´s, cuando ante la represión de la dictadura chilena, el Presidente mostraba los lazos de hermandad entre ambos pueblos al mencionar “México para Chile y Chile para los mexicanos”.

Otra digna de aplausos del mismo Presidente Echeverría, es la mencionada ante las acusaciones estadounidenses de que en México se apoyaban las políticas comunistas, a lo que el Presidente respondió; “En el Gobierno mexicano, no somos ni de derecha ni de izquierda, sino todo lo contrario”.

Ya en tiempos más modernos no podemos olvidar el florido y excéntrico léxico del Presidente Fox Quesada. Frases célebres como “Todas las casas tendrán una lavadora en México… y no será una lavadora de dos patas” o su comentario ante la reforma migratoria en Estados Unidos “No hay duda de que los mexicanos están haciendo trabajos que ni siquiera los negros quieren hacer”.

Que tal la fina expresión del ex gobernador de Veracruz, Fidel Herrera Beltrán, cuando en pleno proceso electoral en su Estado decía “estoy ahorita en plenitud del pinche poder; tengo el gobierno en la mano”.

En términos más locales recuerdo en algún momento haber leído aquella famosa frase, no de autoría propia, pero sí de uso común para él, expresada por don Oscar Flores Tapia, que decía “Al que hace obra le sobra” o en términos más coloquiales, “Más vale robar haciendo que robar sin hacer”.

Si de resbalones esta la frase célebre donde Abraham Cepeda Izaguirre, ex diputado local, impulsaba a los priístas a conducir al partido «con una política de piernas abiertas».

Dentro del panismo coahuilense también está la conocida frase del ahora aspirante al senado, Luis Fernando Salazar. Cuando un amigo le preguntó cuáles son los requisitos para acceder a cierto programa de la SEDESOL este le contestó; “pues que esté MDH, Muerto de Hambre”.

Más explícita que cualquier frase la famosa “roqueseñal”, de Humberto Roque Villanueva oriundo de la Laguna Coahuilense, cuando celebra con júbilo el aumento del 10 al 15 por ciento de la tasa del IVA en 1995.

Hasta aquí llego la columna de hoy, una muestra flagrante del profundo amor que sienten muchos políticos por la sociedad mexicana. Espero que así como nos burlamos de la muerte y nos reímos de las desgracias, sigamos divirtiéndonos en vez de reclamarles a la clase política coahuilense y mexicana.

Twitter @elmemoflores