RUBÉN MOREIRA SUS NUEVOS RETOS
- Guillermo Flores
- 3 dic 2011
- 4 Min. de lectura
El pasado 1 de diciembre, Rubén Moreira Valdez, rindió protesta como el septuagésimo cuarto Gobernador Constitucional del Estado de Coahuila oriundo de esta tierra. El hoy Gobernador inicia su administración, llevando sobre sus hombros un costal basto de compromisos y demandas ciudadanas. Muchas son las problemáticas a las cuales tendrá que hacer frente, innumerables son los compromisos de campaña realizados e incontables los sueños de coahuilenses que han depositado su confianza en el Gobernador.
Rubén Moreira llega a la Gubernatura con un gran respaldo ciudadano, más del 60% de los votantes coahuilenses decidieron por él. Esta cifra representa un fuerte incentivo para el Gobernador, pero la misma va emparejada de una gran responsabilidad y compromiso con la comunidad coahuilense. A partir del primero de diciembre de 2011, Rubén Moreira tendrá que mudar la piel de priísta por la de gobernador, olvidándose de las preferencias ideológicas y privilegiando el dialogo con todas las fuerzas políticas del nuestro Estado.
A pesar del gran apoyo ciudadano recibido por Rubén Moreira en el pasado proceso electoral, es muy importante para el correcto funcionamiento de su administración, el lograr la aceptación de los más de 400 mil coahuilenses que no votaron por él. Más que la divergencia el Gobernador deberá privilegiar la convergencia y hacer valido el principio demócrata de Lázaro Cárdenas del Rio de que “un verdadero demócrata debe demostrarlo tolerando la oposición, por más cruda que esta sea”.
Muchos son los coahuilenses que deambulan por el callejón de la indiferencia y la desesperanza, ciudadanos para los que la política no es otra cosa que corrupción, desparpajo de recursos y fuente de enriquecimientos ilícitos. Estos coahuilenses deben de ser un punto central de las políticas públicas de esta nueva administración.
Se deberá de sembrar la credibilidad sobre el servicio público, evitando inflexiblemente los actos de corrupción y otorgando los cargos dentro de la administración pública estatal a personas que sean eficaces en la realización de sus deberes y eficaces en el manejo de los recursos.
La sociedad está harta de servidores públicos mediocres, que acceden a los grandes salarios por compadrazgos, amiguismos o favores personales. La nueva administración estatal debe de privilegiar la preparación, la experiencia y jamás dejar de lado a los muchos jóvenes profesionistas deseosos de una oportunidad dentro del enmarañado mundo de la política mexicana.
La sociedad reclama que uno de los ejes centrales de esta nueva administración sea la transparencia, nada de cuentas ocultas, prestamos falsificados y contratación tergiversadas. Como en cualquier orden contable simple, todas las cuentas gubernamentales deben de ser claras así como plenamente transparentes.
La inseguridad se ha apoderado del imaginario cotidiano de todos los coahuilenses, ricos, clase medieros y personas de escasos recursos sufren el embate de la violencia. Atrás quedaron esos días en que los infantes coahuilenses tenían la posibilidad de salir a las calles de las distintas ciudades sin el temor expreso de que les pasara algo.
Reto mayúsculo para la nueva administración será el librarse de la tentación de aplicar programas paternalistas, que muchas veces han mostrado beneficios para la sociedad, pero que generan ciudadanos atenidos a las dadivas de “papa gobierno”. Se deben de privilegiar programas de crecimiento económico que detonen el desarrollo de las diferentes regiones del Estado.
La sociedad mexicana, esta desmoralizada de su clase política. La apatía sobre los problemas de los terceros es generalizada y poco a poco el individualismo producto de un capitalismo a ultranza fortalece el desmoronamiento de la comunidad.
Luis Donaldo Colosio decía “No más pobreza, no más injusticia; los grandes rezagos nos ofenden”. ”Veo un pueblo con hambre y sed de justicia”.
Creo que Luis Donaldo tenía razón, la pobreza, la injustica y los grandes rezagos sociales ofenden, pero el problema más grave es que la sociedad de nuestros días es apática, indiferente a las problemáticas de los demás e incapaz de organizarse por un fin.
El nuevo gobierno requiere de la contrarréplica, la cual debe de provenir de un congreso imparcial que privilegie las necesidades de los ciudadanos sobre los acuerdos políticos. Las organizaciones sociales deben de tomar el llamado del nuevo Gobernador y participar en la toma de decisiones. Basta ya de ciudadanos que se esconden tras el anonimato de las redes sociales o que emigran del estado y se convierten en fuertes críticos del actuar gubernamental.
El gobierno requiere de contrapesos que lo ayuden a identificar los errores, porque como se dice “Los errores más grandes no son aquellos que se hacen a voluntad, sino los que no se reconocen”.
La historia de vida de Rubén Moreira lo ha concientizado de la importancia del equilibrio de poderes y de la necesidad que existan entes sociales que nos contradigan o nos discutan cuando las decisiones parecen ser las no más adecuadas.
Llego el tiempo del más grande reto de vida para Rubén Moreira. Muchas variantes se interpondrán en su camino en búsqueda de un Coahuila mejor. El hoy gobernador cuenta con un gran respaldo ciudadano pero también existen grupos sociales deseosos de transparencia, honestidad y políticos verdaderamente preparados.
Veremos y diremos. Las distintas fuerzas políticas del Estado, grupos a favor e inconformes, indignados o indignantes, debemos de tomar conciencia y unirnos en la búsqueda de un Coahuila mejor, las ideologías podrán ser diferentes pero el amor por Coahuila debe de identificarse como el factor común que nos una.
Estas últimas expresiones sin populismo alguno, más bien visualizaban lo que hoy estamos padeciendo: una sociedad aterrorizada por el hambre y la agobiante inseguridad.
“No más pobreza, no más injusticia; los grandes rezagos nos ofenden”.
“Veo un pueblo con hambre y sed de justicia”.
“El gran reclamo de México es la democracia. El país quiere ejercerla a cabalidad. México exige, nosotros responderemos”.
A todos los servidores públicos de la nueva administración se les debería de exigir su declaración patrimonial, así como su autorización previa para que los órganos de fiscalización del estado y la federación tengan acceso a las cuentas bancarias propias y las de los conjugues.
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