Por primera vez, la Casa Blanca ofreció los calculos oficiales del impacto por COVID-19 en Estados Unidos: 100 mil a 240 mil muertes. Los dos expertos del gobierno que encabezan la batalla, aseguraron que los números serán más altos si la población no respeta las medidas para contener la propagación del virus.
Anthony Fauci, el experto oficial nacional de enfermedades infecciosas, y la doctora Deborah Birx, quien coordina la respuesta al coronavirus, presentaron estas proyecciones como los números más probables, aunque insistieron en que se está haciendo lo posible para reducirlos.
Ante lo expuesto por los especialistas, el presidente Donald Trump, durante su casi diaria sesión informativa sobre la pandemia, aseguró, que serán unas dos semanas muy dolorosas. Sin embargó, insistió en que pronto se comenzará a ver la luz al final del tunel, por lo que decretó otro mes de distanciamiento social.
Una vez más, Trump, minimizó las consecuencias potenciales y nuevamente declaró que todo está bajo control, como lo hizo durante dos meses. Insistiendo en que una cifra de 100 mil muertos era un número muy bajo, dado el potencial de millones de muertes si no se hubiera hecho algo.
Otra vez declaró falsamente que “nadie sabía qué tan contagioso era esto…. no creo que ningún doctor lo supiera… La gente no había visto nada como esto”. Expertos de salud y en enfermedades nacionales e internacionales, el Pentágono, agencias de inteligencia y otras instancias habían anticipado y advertido justo escenarios como el actual para Estados Unidos.
El mal manejo inicial de la crisis por el régimen de Trump y las críticas a su afirmación de que el país tiene lo necesario para enfrentar la pandemia, continuaron resonando por varias partes del país, y expresando frustración ante la falta de pruebas diagnósticas, equipo de protección para personal médico y aparatos para asistencia respiratoria.
De acuerdo a un reporte de Bloomberg, personal médico es amenazado por denunciar ante medios de comunicación la falta de equipo médico, y algunos ya fueron despojados de sus empleos.
De acuerdo con un reporte de Los Ángeles Times, las redadas de migrantes continúan y los agentes que las realizan utilizan mascarillas N95, justo las requeridas por el personal médico para atender la ola de casos de coronavirus.
Si los jefes y agentes de la Migra se enferman con el coronavirus, es muy probable que el personal médico que los atenderá serán inmigrantes. El 29% de los médicos en Estados Unidos son inmigrantes, como también 23% de asistentes de enfermería y ni hablar del personal de mantenimiento del sector salud, reporta la publicación de la Asociación Americana de Medicina.
INFORMACIÓN: – La Jornada –
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