Decepcionantes, humillantes, detestables, incoherentes, abominables, exagerados, incomprensibles y hasta ficticios, son algunos de los adjetivos que describen lo que los ciudadanos sienten al hablar de los sueldos gubernamentales.
Los salarios exorbitantes de los servidores públicos, no son coherentes ante una sociedad mexicana que se encuentra empantanada entre la pobreza, desigualdad y la marginación. Uno de cada cinco mexicanos es pobre, 25 millones “sobreviven” con menos de 35 pesos por día mientras el 20% de la población aglutina el 80% de la riqueza del país. Datos como los anteriores potencializan la rabia y lo ofensivo de los altos sueldos en la política.
El servicio público coahuilense para nada es ajeno de esta realidad nacional, siendo lo más absurdo de esto, que los órganos ciudadanos coahuilenses garantes del bienestar de la ciudadanía, son los que encabezan las listas de las instituciones gubernamentales donde sus altos funcionarios perciben salarios exorbitantes, totalmente incomprensibles ante la realidad de México.
Instituto Coahuilense de Acceso a la Información (ICAI). Este organismo coahuilense es el garante de la transparencia en el Estado. El ICAI cuenta con un órgano directivo conocido como Consejo, donde cada uno de sus cinco consejeros percibe 100 mil 534.62 mensuales, lo que es equivalente a mil 773 salarios mínimos, 3 mil 351 pesos diarios y el ingreso que perciben 111 familias mexicanas pobres por día.
Decepcionante y hasta humillante para la plantilla laboral del ICAI, es el darse cuenta que el 42% del gasto mensual en sueldos del ICAI se destina a 5 personas, mientras que el restante 58 por ciento, va a parar en manos de 35 trabajadores.
Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Coahuila. (IEPCC) para muchos el IFE coahuilense, al igual que el ICAI es dirigido por un Consejo que define los destinos de este organismo. Estos “honorables” Consejeros reciben como percepción mensual 123 mil 126.66 un poco mas percibe Leopoldo Lara Escalante, presidente de este Instituto.
Dentro de este mismo organismo los altos sueldos son la bendición de unos cuantos ciudadanos más. El secretario Ejecutivo gana 121 mil 544, el Director Administrativo, 87 mil 788.33 y el Contralor Interno, 97 mil 678.42, entre algunos sobresalientes empleados de la ciudadanía coahuilense.
El salario de los Consejeros del IEPECC es equivalente a 79 salarios mínimos diarios o 4 mil 104 pesos diarios. Si los consejeros donaran la mitad de su salario a las familias más pobres de Coahuila alcanzaría para duplicar el salario de 68 de estas familias, lo que las ayudaría a pasar de la extrema pobreza a la pobreza moderada.
La máxima casa de estudios de Coahuila, la Universidad Autónoma, tiene la medalla de contar con uno de los Rectores mejor pagados del país, Mario Alberto Ochoa Galindo, quien gana 143 mil 460 mensuales, 84 salarios mínimos diarios.
Interesante comparación resulta al revisar que el Rector de la UNAM, la más grande Universidad de Latinoamérica con más de 300 mil alumnos, percibe un sueldo superior al Rector de la UAdeC en menos de 5 mil pesos, destacando que la población estudiantil del la UAdeC, equivale al 11% de la de la UNAM.
Si los 21 mas altos funcionarios de la UA de C, destinaran la mitad de su sueldo a las familias de extrema pobreza de Coahuila, equivaldría a duplicar el ingreso diario de 888 familias Coahuilenses que se encuentren en esta situación.
La sociedad les pregunta a: Alfonso Villarreal, Leopoldo Lara Escalante, Mario Alberto Ochoa Galindo, Teresa Guajardo, Jesús Flores Mier, Luís Briseño, José Manuel Jiménez, Carlos Alberto Arredondo, Rafael Pantoja, Jacinto Faya, Marco Kalionchiz, Manuel Gill y Alejandro Estrada, máximas autoridades del ICAI, IEPCC y de la UAdeC, ¿Están dispuestos a encabezar una cruzada coahuilense, donde los servidores públicos de alto nivel como ustedes, renuncien a la mitad de sus altos salarios para destinarlos a mejorar el nivel de vida de los Coahuilenses más pobres?
Desgraciadamente la sociedad coahuilense cree que no y que ustedes se olvidaron de aquel precepto juarista de la honrada medianía de los sueldos de los servidores públicos, que disponía que el gobierno no debe de ser fuente de voluntades caprichosas y de aumentos de fortunas personales.
La sociedad ya está harta de reclamar mejores servidores públicos, más eficientes y cero corruptos, la sociedad llego al hartazgo de conformarse con lograr servidores públicos morales, a los cuales les de vergüenza el percibir salarios tan onerosos, cuando miles de ciudadanos coahuilenses no tienen para comer y muchos menos soñar con la utópica realidad de darle salud y educación a sus hijos.
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